Una lágrima salada.
Un beso apresurado.
El tiempo transcurría tan despacio...
Que era capaz de poder recordar toda mi vida con el mas mínimo detalle una y otra vez. Quería poder luchar contra mi mente, a una batalla a muerte, ganarle a los pensamientos y no tener que sentir mas estos momentos. La mas dura lucha contra los recuerdos...
Una pócima secreta, unas palabras mágicas, esta vez la teoría era tan larga que nunca llegué a la practica.
Me preocupé tanto de encontrar una manera para olvidar(te) que llegue a sentir el frío del invierno ya por mediados de agosto.
Cuando digo olvidar me refiero al olvido como un sinónimo de alivio o recuperación de la estabilidad emocional y no como pérdida de memoria.
Hoy por hoy se que mi mejor amigo será el tiempo, que no existe una receta ni un plan perfecto, ni encerrarme en mi baúl de juguetes ni salir a bailar un lunes... Ni regalar besos sin ton ni son...
Ni guardarlos... ( por si vuelves)
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