Quiero que seas un libro en blanco, sin letras escritas, sin relatos, escenas ni imágenes.
Sin pasado.
Una hoja virgen de un árbol fuerte.
Para poder crear nuestra propia historia.
Yo ya vacié mi tinta, recargando mi pluma.
Quiero ser la mitad de cada página, y la ilustración que la acompaña.
Le dedicaré tiempo cada día, rellenaré huecos, pondré puntos y comas, capítulos...
Pero nunca un punto y final, ni siquiera una segunda parte.
Simplemente seremos un libro interminable.